Desde hace quince años, Ester Azucena Palavecino trabaja en Cáritas, animando en tiempo de Colecta, acompañando a quienes más lo necesitan y organizando diversas actividades.
Ester es referente de Cáritas en su barrio, Colonia Osvaldo. “Estamos organizadas por sectores, tenemos siete sectores y ahora con un barrio nuevo serían ocho. Cada referente tiene su sector y así conocemos las necesidades del barrio. Después en las reuniones hablamos”, explica.
“La mayoría de las personas buscan ir a trabajar al sur, cuando no pueden conseguir en el sur, van a trabajar en el monte con el hacha. Las mujeres quedan mucho tiempo solas con sus hijos y es cuando más necesitan ayuda. Los niños van a la escuela y necesitan calzado. A veces no tienen más que cuarto grado porque los padres no tienen y entonces no terminan de estudiar”, describe Ester.
La sequía golpea fuertemente a la población durante el verano y las intensas lluvias de invierno son otra de las muchas problemáticas que afectan a Añatuya. “Cuando llueve es muy difícil para ellos, la dificultad más notoria es que no tienen casa y tienen muchos niños; no tienen trabajo, el ranchito se les llueve; en algunas partes no hay por donde salir del barrio, porque queda lejos o porque hay calles ripiadas o de tierra y cuando llueve no se puede salir”, describe Ester.
Ante esta situación, Cáritas acompaña a las comunidades afectadas acompañando y asistiendo a las familias. “Cuando necesitan para un boleto, personas enfermas o que necesitan algún tipo de ayuda, entre todas las mujeres de Cáritas ponemos la mercadería, hacemos las rifas, tratamos de alcanzarle mercadería, leche o lo que uno consiga”, explica.
“Pobreza cero y vida digna para todos, me gustaría que así fuera para la gente que más necesita y viviríamos todos mejor. Una vida digna sería que haya menos personas pobres y que todos pudieran tener su casita”, anhela.