"Dios es Amor y eso
siempre nos sorprende"
Estimadas
Comisiones y Equipos Diocesanos,
El
amor de Dios se derrama y lo renueva todo. En Dios hemos sido testigos de dos
enormes sorpresas del Amor de Dios.
La primera, la renuncia de
Papa Benedicto XVI, valiente y humilde, reconociendo su fragilidad y
renunciando a todo poder en un mundo donde nadie renuncia a nada. Se tejieron
toda clase de conjeturas, pero la contundencia de su gesto dejó clara su
intención de hombre honesto que asume con coraje su servicio a la Verdad.
La segunda sorpresa ha
sido la elección de Francisco. Ha tomado el nombre de un santo que convulsionó
la historia por su entrega radical al Evangelio de Jesús, en la pobreza total,
transformándose de caballero en predicador mendicante. Las palabras que le dice
a Francisco el crucifijo de San Damián son claras y profundas: “Francisco,
repara mi Iglesia”
Se abre un tiempo de
esperanza con la elección de un nuevo Papa que ha buscado reflejar a través de
la simple elección del nombre, que ya es todo un gesto, la frescura y la
transparencia de un Evangelio que busca transformar el corazón de los hombres
por la caridad.
Fue mi Obispo varios años
cuando yo era párroco y luego colaboré como Obispo Auxiliar en la Arquidiócesis
de Buenos Aires. Doy fe de su cercanía y sencillez, es amigo del encuentro
personal, en este terreno se siente como pez en el agua. Tiene las
características del Buen Pastor: sabe escuchar, acompañar y conducir con
respeto, suavidad y firmeza. A esto une una inteligencia nada común, que con la
gracia de Dios, pondrá al servicio de un diálogo más fecundo entre la Iglesia y
la cultura que vivimos para que la nueva Evangelización se vaya haciendo
realidad.
Es un Pastor misionero que
anima a la Iglesia a salir de los templos para acercarse en las calles y en
todos los ambientes a la realidad de cada hombre y cada mujer.
Es un Pastor que nos
hablará con sus gestos y con su palabra clara y sin eufemismos. El rostro de la
caridad de la Iglesia se verá urgido a hacerse más claro y cercano a todos los
hermanos, preferentemente a los pobres.
Invito a todos los agentes
de la Pastoral caritativa, a las Comisiones nacionales y al equipo nacional a
orar a la Virgen de Luján, de la cual Francisco es profundamente devoto, para
que lo cuide y lo proteja como Madre, en esta misión de conducir la nave de la
Iglesia en tiempos turbulentos pero providenciales, iluminada siempre por el
Espíritu Santo que nos ha sorprendido una vez más.
Dios es amor y eso siempre
es novedad. Que Dios los bendiga a todos.
Mons. Oscar Ojea - Presidente de Caritas Argentina