Cintia Cuya tiene 20 años, vive con sus abuelos y sus tíos, cursa el tercer año del Polimodal y participa de las diferentes tareas agropecuarias que se desarrollan en la Granja Agro-ecológica Los Tamariscos, que Cáritas Bahía Blanca lleva adelante hace diez años.
Cada mañana Cintia comparte unos mates con su abuela antes de ir a la Granja, donde a partir de una beca social otorgada por Cáritas, realiza diferentes actividades. “Para mi futuro pienso estudiar para ser Ingeniera Agrónoma porque me gusta mucho la granja, las plantas, todo lo relacionado con eso. Quiero meter fichas a esto y ver qué pasa el día de mañana”, expresa entusiasmada.
Cuando Cintia comenzó a participar de las actividades en La Granja era la única mujer, pero eso no resultó ser un obstáculo para ella porque desde el primer día se siente muy cómoda y lo disfruta mucho: “Hay muy buena onda, compañerismo, trabajo en equipo, planificación y mucha tarea”, afirma y detalla: “Le damos de comer a los animales, trabajamos la huerta y un montón de cosas más, algunas que no nos gustan demasiado pero hay que hacerlas y con voluntad y esfuerzo también las realizamos”.
“La Granja te ayuda mucho, a crecer y a aprender. Es un lugar donde te sentís bien porque haces cosas, estás con gente y compartís mucho: charlas, alegrías y también cuando tenés algún problema, porque te escuchan y te dan fuerzas para seguir adelante. Hay mucha contención acá, es como una segunda familia, más que compañeros de trabajo son amigos”, destaca.